Un viaje visual y espiritual a través de las prácticas ancestrales que unen y definen la humanidad.
Cuando uno se encuentra en lo alto de los montes Atlantika, en Camerún, y presencia el ritual de la danza de la lluvia de la comunidad koma, puede verse invadido por la curiosidad acerca de prácticas que invocan, a través del baile, a dioses capaces de modificar el clima para favorecer a aquellos humanos que les interpelan, proporcionándoles la deseada lluvia. Es probable además que, desde el etnocentrismo occidental, parezca un ritual extraño. Sin embargo, adquiriendo un poco de perspectiva, es posible apreciar enormes similitudes con actos religiosos europeos en los que se pasea en procesión a vírgenes y santos con la misma finalidad.
Del mismo modo, ser testigo de cómo los chamanes de la tribu himba sacrifican una cabra, le abren el vientre y dicen ser capaces de predecir el futuro escudriñando, como si de un mapa se tratase, sus intestinos pueden llevar, de nuevo, a la precipitada conclusión de que la superstición y las creencias irracionales son propias de culturas ajenas. Pero, no olvidemos que uno de los mercados que más ha facturado históricamente en las madrugadas televisivas españolas ha sido, precisamente, el de la adivinación; con estrafalarios reclamos publicitarios para captar llamadas como: nuevas gafas radiónicas de videncia extrema o momento astral especial de predicción. Se torna realmente difícil saber si es más efectivo poseer unas gafas radiónicas de videncia extrema o analizar las tripas de una cabra.
La superstición está en todas partes
Ante estas similitudes no es extraño plantearse si la presencia de supersticiones y mitos es transversal a todas las culturas. Si, acaso, todos los humanos las utilizamos como herramienta para reducir la incertidumbre y adquirir una sensación de control sobre nuestro entorno.
Los pigmeos baka, en las densas junglas de África central, invocan al dios de la selva -el Eyengi-, con la finalidad de consultarle sobre el futuro de la comunidad; algunas aldeas del norte de Costa de Marfil adoran al espíritu de la serpiente, el cual creen que protege a los poblados de todos los males; en lo más profundo de la selva de Borneo, chamanas dayak preparan pócimas curativas cuyos poderes, dicen, provienen de la luz solar; y en el golfo de Guinea, los seguidores del vudú creen firmemente en que los sacrificios animales nutren con su sangre, y apaciguan, a los agitados espíritus de los antepasados.
Historia de los mitos
Desde la prehistoria, el ser humano ha materializado su pensamiento simbólico a través de las expresiones artísticas. Por ejemplo, se ha encontrado en Alemania una figura mitad hombre y mitad león que data del paleolítico superior y deja clara la capacidad de nuestros antepasados de crear fantasías. Del mismo modo, un gran número de las pinturas rupestres prehistóricas se podrían interpretar como parte de rituales chamánicos, según algunos antropólogos.
HISTORIA
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Si avanzamos hasta la Antigua Roma, podemos afirmar que la magia estaba muy presente en sus calles. En concreto, las figuras de maldición, a las cuales se les clavaba agujas para conseguir afectar a la persona representada, fueron bastante populares en algunos momentos. Pero, una de las prácticas más extendidas eran los augurios y, en concreto, uno de ellos que recuerda a lo que hoy en día siguen practicando los chamanes himba: la hepatoscopia, o lectura del futuro en el hígado de los animales. Hasta tal punto estaba normalizado que los romanos confeccionaban hígados de bronce y marcaban todas las áreas a analizar, como modelos didácticos para las nuevas generaciones.
En la Edad Media, también encontramos diversas y sorprendentes supersticiones. Sin ir más lejos, existía un amplio mercado de venta de cuerno de unicornio, pues se creía que este material, una vez molido, potenciaba muchas pócimas mágicas, además de que una jarra confeccionada con el cuerno de este animal mitológico la haría inmune al veneno; por lo que multitud de monarcas ansiaban una. La superstición y el mito siempre se abren camino y el hecho de que los unicornios no existan no es obstáculo para crear un comercio en torno a partes del animal. En los países nórdicos se cazaban narvales, y sus colmillos de marfil eran vendidos en el sur de Europa, como cuernos de unicornio.
Ni siquiera la Edad Moderna se salva de la superstición. En aquella época, la mortalidad infantil llegaba, en algunos casos, al 60% lo que empujaba a los desesperados padres a abrazar cualquier técnica que les diese cierta sensación de control o alivio. Es por ello que en muchos retratos de infantes de la realeza de aquella época se les representa con una rama de coral en la mano, pues era considerado un potente amuleto protector. De igual modo, algunos niños portaban elementos más complejos, como los cinturones mágicos infantiles, formados por un amplio conjunto de amuletos, tanto cristianos como paganos.
¿Por qué somos supersticiosos?
La inevitable pregunta, entonces, es: ¿qué nos lleva a ser supersticiosos independientemente de la cultura o la época? Parece que el abordaje de esta cuestión se puede realizar desde la biología, la psicología o la utilidad real de estas creencias.
A nivel evolutivo, el hecho de establecer relaciones causales de la manera más rápida posible es, sin duda, beneficioso. Sin embargo, esto nos puede llevar a extraer conclusiones precipitadas, derivando en dos tipos de errores. Por un lado, podemos pasar por alto una relación causal que sí existe (falso negativo) o dar por buena una que realmente no existe (falso positivo). Mientras las consecuencias para nuestra supervivencia de los falsos positivos sean menos perjudiciales que las de los falsos negativos, la biología seguirá premiando la superstición. Si nuestro compañero, en una partida de caza, muere tras ser mordido por una serpiente, parece adaptativo concluir que las serpientes son mortales, sea cierto o no.
CIENCIA
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Las supersticiones también presentan una ventaja psicológica, principalmente asociada al efecto placebo. La sensación de control, de mejora de una situación clínica, de superación de la incertidumbre o ansiedad puede ser de vital importancia en algunos casos. El mito y las creencias espirituales o mágicas proporcionan consuelo, estabilidad y paz mental. ¿Cómo sería posible, si no fuese asociándolo a la voluntad de Alá, que una madre afgana asuma con total tranquilidad la muerte de sus 5 hijos en la guerra?
Por último, la superstición también ha demostrado mejorar el rendimiento en determinados escenarios: en situaciones muy exigentes, donde uno se somete a mucha presión, se ha demostrado que seguir pequeños rituales tiende a mejorar el rendimiento, tanto físico como intelectual. Parece ser que estos ejercicios supersticiosos aumentan la percepción de control, disminuyen la ansiedad y permiten una mayor concentración. De ahí que cantantes implementen sus propios rituales previos a los recitales o que los deportistas traten de saltar al campo con el pie derecho.
Referencias:
- Bueno, Aníbal. Historia de la superstición: bases biológicas y psicológicas de las falsas creencias. Pinolia, 2024.
- Clottes, Jean, y Lewis-Williams, David. Los chamanes de la prehistoria. 2001.
- Marqués, Néstor F. ¡Que los dioses nos ayuden! Religiones, ritos y supersticiones de la antigua Roma. Espasa, 2021.
- McLachlan, Sean. La extraña Edad Media: Una colección de historias misteriosas, costumbres extrañas y raras supersticiones de la época medieval. Charles River Editors, 2020.
- K.R. Foster y H. Kokko, «The evolution of superstitious and superstition-like behaviour», Proceedings of the Royal Society of London: Biological Sciences, 276 (1654): 31-37, doi:10.1098/rspb.2008.0981.
- Daprati E, Sirigu A, Desmurget M, Nico D. Superstitious beliefs and the associative mind. Conscious Cogn. 2019 Oct;75:102822. doi: 10.1016/j.concog.2019.102822. Epub 2019 Sep 23. PMID: 31557563.
- Beck J, Forstmeier W. Superstition and belief as inevitable by-products of an adaptive learning strategy. Hum Nat. 2007 Mar;18(1):35-46. doi: 10.1007/BF02820845. PMID: 26181743.
- Damisch L, Stoberock B, Mussweiler T. Keep your fingers crossed!: how superstition improves performance. Psychol Sci. 2010 Jul;21(7):1014-20. doi: 10.1177/0956797610372631. Epub 2010 May 28. PMID: 20511389.
FUENTES: MUY INTERESANTE
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